Al terminar cada curso, realizamos una memoria con el número de sesiones que hemos dado y con nuestras impresiones sobre el uso que los menores hacen del mundo digital y de las redes sociales. El curso pasado dimos más de 1.600 sesiones con menores y más de 100 sesiones con adultos, la mayoría en centros educativos, pero también estuvimos en casas de juventud, empresas, ayuntamientos, y en la universidad.
Estos son algunos de las cosas que hemos visto:
Los niños y adolescentes siguen usando las pantallas de forma muy excesiva y los fines de semana tiempo de uso de las pantallas aumenta aún más. Muchos profesionales sanitarios llevan años considerando el uso abusivo de pantallas como un problema de salud pública, una tendencia que también se da entre los adultos. En este sentido, los adultos son un modelo muy negativo para los menores.
En primaria casi la mitad de los niños dicen que utilizan TikTok habitualmente. El número de niños que dicen utilizar las redes sociales aumenta cuando decimos que Youtube y WhatsApp también son redes sociales.
Se está normalizando el tener un smartphone propio entre los niños de primaria. En 6º la mitad dice tener su propio smartphone y ya en 3º muchos tienen su smartphone propio. Cada año parece que hay menos consciencia de los riesgos de los smartphones y las redes sociales.
En la ESO el uso de redes sociales es algo muy normalizado, es raro ver un adolescente que no las use.
El uso abusivo de las redes sociales parece que empieza a distorsionar la percepción que los adolescentes tienen de la realidad. Recibir constantemente desinformación sobre todos los aspectos de la vida y no hablar con sus familias de lo que ven en las redes sociales, hace que muchas de las cosas y discursos que circulan en las redes sociales sean percibidos como normales y que los adolescentes se los crean y los interioricen. Esto es peligroso debido a la naturaleza de muchos de esos mensajes y discursos.
A partir de segundo de la ESO los menores perciben el control y la posesividad como algo normal en las relaciones de pareja y no tienen referencias de relaciones de pareja sanas, no saben lo que es una relación sana.
El consumo de contenidos inadecuados es muy elevado. Niños y adolescentes comienzan viendo videos sobre bailes, tendencias, retransmisiones de sus streamers o youtubers favoritos y al poco tiempo comienzan a ver pornografía, contenido violento como peleas, decapitaciones, accidentes explícitos, discursos de odio, consejos absurdos sobre salud sexual, salud en general o salud mental…
Aunque muchos adolescentes digan conocer el impacto que puede tener el uso de redes sociales en su salud mental, no son conscientes de que lo están sufriendo. En este sentido los filtros también están haciendo mucho daño a la autoestima y autopercepción de los menores, sobre todo de las adolescentes, ya que la mayoría de usuarios sube videos con filtros para modificar y perfeccionar su imagen y las adolescentes son bombardeadas con videos y fotos de personas con la piel perfecta, muy bellas, con las uñas, la nariz, la boca… con todo perfecto y delgadas.
Compartir imágenes de compañeros y/o profesores en las redes sociales, sobre todo a través de stickers, es algo muy habitual. Los adolescentes no saben que muchas de las acciones que habitualmente se realizan en redes sociales son delitos y se muestran sorprendidos al conocerlo. Aunque no vemos malicia en la mayoría de adolescentes, practicamente todos los adolescentes han normalizado totalmente la toxicidad, las faltas de respeto, los insultos... en las relaciones digitales, y están trasladando esa forma de comunicación a la vida física sin ser cosncientes que no es adecuada.
Muchos adolescentes utilizan Telegram para informarse sobre apuestas deportivas, inversiones en criptomonedas y demás cosas con la falsa promesa de ganar dinero fácilmente.
Niños y adolescentes gastan mucho dinero dentro de los videojuegos. Aunque el número de menores que gasta dinero es pequeño, la cantidad que gasta este grupo es muy elevada.
En cuanto a las recomendaciones, además de las habituales, tomando como referencia las conlusiones de organismos como la OCDE y la Unesco, abogamos por la prohibición de los smartphones en centros educativos y ofrecemos pautas y recomendaciones para llevarla a cabo, siempre con excepciones debido a la naturaleza diversa de las situaciones en las que se encuentra el alumnado.
Podéis consultar la memoria del año pasado y las de los cursos anteriores en nuestra web.
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