Reduce el tiempo de pantallas
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Ya en 2012 el neurocientífico y psiquiatra alemán Manfred Spitzer publicó un libro llamado "Demencia digital" en el que hablaba sobre el tiempo excesivo que menores y adultos pasábamos delante de pantallas, y los efectos que eso tiene en nuestros cerebros. Daba datos de diferentes estudios donde se revelaba que a partir de los 2 años de edad los niños de los países occidentales pasaban casi 3 horas diarias de media delante de las pantallas. Entre los ocho y los 12 años esas cifras ascendían hasta alcanzar prácticamente las 4 horas y 45 minutos y entre los 13 y los 18 años el consumo rozaba ya las 6 horas y 45 minutos.

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En una década la situación no ha mejorado. La sociedad en su totalidad tiene integradas las pantallas en su vida y casi nadie ve ningún efecto negativo a pesar de la cantidad de estudios científicos que desde 1980 nos están demostrando los efectos que su uso tiene en nuestros cerebros, sobre todo cuando el cerebro se está desarrollando. El curso 2021-2022 realizamos una encuesta a 4.000 menores a partir de 3º primaria hasta 4º de la ESO y al preguntarles sobre el tiempo que ellos piensan que pasan delante de las pantallas en su tiempo de ocio, fuera de los centros educativos, estas fueron las respuestas: en primaria entre semana, el 52,71% contestaron que pasan de 0 a 2 horas,  el 24,27% contestaron que pasan de 2 a 5 horas, el 5,77% contestaron que pasan de 5 a 8 horas, el 2,66% contestaron que pasan más de 8 horas y el 14,56% no contestaron o no lo sabían. En secundaria El 38,79% dice pasar entre 2 y 5 horas, y el 26,36% admite que pasa más de 5 horas al día delante de las pantallas entre semana fuera del horario escolar.

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Los fines de semana en primaria la mayoría de participantes en la encuesta dice pasar entre 2 y 5 horas delante de las pantallas, el porcentaje los que pasan más de 5 horas aumenta al 20,97% y en secundaria el porcentaje de menores que usan las pantallas más de 5 horas al día los fines de semana casi se duplica y pasa a ser el 43,79%.​

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Ante esta situación, hemos creado la iniciativa #aparcalapantalla para ayudar a menores y a adultos a reducir el tiempo ante las pantallas. La iniciativa tiene como objetivo promover que se generen hábitos saludables que se puedan poner en práctica durante todo el año. No debemos olvidar que al hablar de pantallas hablamos de todas las pantallas: Televisión, ordenadores, tablets, smartphones, videoconsolas...

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ALGUNOS EFECTOS DEL USO DE PANTALLAS

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Nota: Durante las explicaciones de los efectos de las pantallas y las recomendaciones que damos, vais a encontrar algunos números después de algunas frases correspondientes a pies de páginas que llevan a los estudios que avalan las afirmaciones que estamos realizando. Entendemos que la adicción que muchos adultos sufrimos y la negación que muchas familias tienen a reconocer los efectos que las pantallas tienen en el cerebro, sobre todo mientras se están desarollando, solamente pueden ser aproximadas desde la veracidad de los datos. Creemos que es la única forma en la que algunos adultos podrán reducir el tiempo de pantallas.

LENGUAJE

​El consumo lúdico de pantallas tiene una influencia negativa sobre el lenguaje.

 

En los niños más pequeños, hunde sus raíces en el empobrecimiento de las relaciones verbales, sobre todo las que se dan dentro de la familia. Es decir, que provocan que la base de su aprendizaje tenga carencias y las arrastran durante todo el proceso de aprendizaje. 

 

A edades tempranas estas relaciones familiares no sólo sientan las bases del desarrollo lingüístico, sino también, y en un plano más profundo, las de la evolución intelectual en su conjunto 12, 13 -19. Antes de los tres años, los programas supuestamente educativos, dirigidos a ampliar el vocabulario de los menores, no sirven para nada y pueden ser contraproducentes 20, 21-23.

DÉFICIT DE ATENCIÓN

​Hay estudios que han confirmado que existe una correlación positiva entre el consumo de pantallas para actividades de ocio y el déficit de atención 24.

 

Cuando no se duerme lo suficiente o no se duerme lo suficientemente bien, no podemos concentrarnos de forma eficaz en las tareas cotidianas. Cuanto mayor es el consumo digital, más se alteran la calidad y la duración del sueño. Esta es una fuente esencial de pérdida de atención. 

 

La realidad es, que un elevado número de niños y adolescentes duermen mucho menos del nivel mínimo recomendado 25, 26-30. Este déficit de sueño, que ha aumentado gravemente en los últimos 20 años 26, 29, 35 está ligado en buena medida del consumo digital cada vez más generalizado  30-34, y afecta a todos los parámetros del sueño, tanto los cualitativos como los cuantitativos. "Hay una relación clara y sólida, por un lado, entre el uso de dispositivos digitales en el momento de irse a la cama y la falta de sueño, su mala calidad y la somnolencia diurna excesiva" 34. Una investigación reveló, que más de la mitad de los grandes consumidores de pantallas duermen menos de siete horas por noche, proporción que en el caso de los consumidores modestos era de solo un tercio 29. En el caso de los pequeños de entre 6 y 36 meses, cada hora diaria de manipulación de la tableta o del smartphone reduce su sueño nocturno en casi 30 minutos. 

 

El smartphone es una herramienta muy potente capaz de dañar gravemente la atención con sus estimulos.

 

El simple hecho de tener un móvil al alcance de la mano, es capaz de distraernos lo suficiente como para alterar nuestro rendimiento intelectual, incluso cuando está inactivo. El funcionamiento cognitivo se ve alterado, la concentración se reduce y el rendimiento intelectual baja 36 ,37.

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En cuanto a la famosa multitarea, el cerebro no está hecho para eso. El cerebro humano es totalmente incapaz de hacer dos cosas al mismo tiempo sin perder en precisión, exactitud y productividad 38-41. Lo único que consigue cuando intenta resolver varios problemas a la vez es terminar haciendo malabarismos 46-49. También hay muchas posibilidades de que el proceso de la multitarea altere la memorización de las operaciones realizadas 42-44, o que provoque que se nos olviden cosasExiste una estrecha relación entre la retención de un contenido determinado y el nivel de atención que se haya dedicado al tratamiento de ese contenido 45Básicamente nos podemos referir al dicho popular "quien mucho abarca, poco aprieta".

RENDIMIENTO ACADÉMICO

La literatura científica ha demostrado de forma clara y coincidente que las pantallas ejercen un efecto perjudicial en el rendimiento académico.

 

La duración de su consumo tiene una asociación negativa con respecto al rendimiento académico 1-11.

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Un estudio que ha probado el efecto negativo que ejerce el tiempo total de consumo de pantallas sobre el desarrollo, motor, social y cognitivo de los menores 93 asegura que “uno de los métodos más eficaces para mejorar el desarrollo del niño, pasa por las interacciones de alta calidad entre los adultos y él, sin que medie la distracción de las pantallas”.

 

Es decir, que los menores aprenden mejor con interacciones personales directas, con personas físicas presentes que con pantallas.

SALUD PÚBLICA

La comunidad científica lleva años advirtiendo que “el uso excesivo de las pantallas debe contemplarse como un grave problema de salud pública” 50.

 

La lista de consecuencias de su uso excesivo son variadas: obesidad, trastornos de la conducta alimentaria, tabaquismo, alcoholismo, drogodependencia, violencia, conductas sexuales de riesgo, depresión, sedentarismo... 31 ,51-53.

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En Estados Unidos, ya se están poniendo denuncias contra las empresas propietarias  de las redes sociales por dañar la salud mental de los menores como se recoge en este artículo: https://www.niusdiario.es/internacional/america-del-norte/20230109/seattle-denuncia-empresas-redes-sociales-tecnologicas-salud-mental-estados-unidos_18_08398922.html

 

HÁBITOS DE USO Y EJEMPLO

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Está comprobado que estudiando los usos tempranos de los dispositivos digitales, ese tipo de consumo determina el uso que vamos hacer más adelante. Cuanto antes se exponga un niño a las pantallas, tiene más probabilidad de que en el futuro haga un uso abundante y frecuente de ellas 31, 54-57. Aquí hay que tener en cuenta que los primeros años de un niño son fundamentales para el aprendizaje y la maduración cerebral. Lo que “se pierda” en ese momento, resultara muy difícil recuperarlo después 58-64.

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Una de las primeras cosas que se puede delimitar para que los menores puedan reducir el tiempo de pantallas, es no tener la facilidad de acceso a los distintos tipos de pantallas: quitarlas de sus cuartos y tardar todo lo posible en darles sus propios dispositivos.  “Si el objetivo de los padres es comunicarse con sus hijos para asegurarse que están bien, no es necesario darles un smartphone, es suficiente con darles un móvil básico sin acceso a Internet”.

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Otro factor a tener en cuenta, serían los hábitos que tiene la familia/padres y madres. Muchos estudios han demostrado que el consumo de los menores crece a medida que lo hace también el de sus padres 55, 65-68.

 

Al poner normas, es importante que el niño se implique en el proceso e interiorice sus beneficios. Razonar con ellos y hacerles entender el por qué de esas normas es fundamental. La obligación y la responsabilización son complementarias del éxito. Los estudios publicados demuestran que se puede lograr resultados impresionantes si se establecen normas de uso concretas y se limitan las oportunidades de acceso. Cuando los padres se informan de los beneficios y de los efectos nocivos de los dispositivos digitales ponen normas restrictivas concretas y esto hace que el nivel de consumo caiga considerablemente: de media cae la mitad.

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Podemos orientar las actividades de los niños y ofrecer alternativas a las pantallas ya que el cerebro no aguanta nada bien la inactividad 69-70. Por lo tanto, si queremos que los niños no usen las pantallas, no se recomienda poner pantallas en casa o se recomienda tener pocas, para que puedan realizar otras actividades. Es importante que los adultos sirvan de ejemplo y sigan las mismas pautas recomendadas.

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Alternativas a las pantallas para evitar la adicción

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Desde hace ya varios años, hay algunos grupos de la población que no están permitiendo el uso de pantallas a los menores. A nivel general, las élites, los grupos de población con un nivel adquisitivo muy elevado, están dejando de entregar smartphones a sus menores e incluso están llevándolos a centros educativos donde no se usan las pantallas en el proceso educativo. En 2018 el New York times publicó un artículo (https://www.nytimes.com/2018/10/26/style/digital-divide-screens-schools.html) que decía que " conforme aparecen más pantallas en las vidas de las personas pobres, las pantallas están desapareciendo de las vidas de los ricos".

 

Además, un porcentaje muy elevado de los trabajadores de empresas tecnológicas, más concretamente relacionadas con internet, videojuegos y redes sociales,,prohíben a sus menores el uso de redes sociales o se lo limitan mucho, tal y como reflejaron entre otros el diario The Guardian en un artículo ya en 2018 (https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/jan/12/tech-bosses-kids-time-smartphones-parents-mental-health)  y el medio de comunicación The List en otro artículo 2021.

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Vemos con tristeza como adolescentes en la ESO,  cuyo número cada año va en aumento, presentan cuadros adictivos y como otros muchos reconocen no poder dejar de usar las redes sociales aunque se aburran en ellas. Hace poco una adolescente reconocía en una sesión que era incapaz de estudiar sin el teléfono delante porque se ponía muy nerviosa si no lo veía. 

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Es importante dar ejemplo del uso consciente de las pantallas. Será imposible educar en un uso correcto y limitado si los menores ven cómo las familias pasan mucho tiempo con pantallas. Si en el tiempo libre familiar, principalmente tardes-noches y fines de semana en casa, lo que principalmente se hace es ver pantallas, por ejemplo ver la tele después de cenar, los menores aprenderán eso, que en el tiempo libre se usan pantallas. Si por el contrario después de cenar o los fines de semana en casa, todos los miembros de la familia en su tiempo libre hacen diferentes cosas como leer, hablar, jugar a juegos de mesa, escribir, escuchar música, crear proyectos, puzzles... y de vez en cuando usan pantallas, los menores aprenderán que se pueden hacer muchas cosas en el tiempo de ocio y que una de ellas es usar pantallas.

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El deporte y la naturaleza son fundamentales para crecer de forma sana. También se recomienda que los menores hagan actividades de ocio y deporte en exteriores, a poder ser con más menores: unirse a un equipo de cualquier deporte o adquirir hobbies sin pantallas como jugar al ajedrez, baile, la música, voluntariado en refugios de animales u otro tipo de actividades, paseos, limpieza de montes y ríos, visitas a familiares, actividades de ocio con amigos sin pantallas... 

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NORMAS BÁSICAS PARA EL USO DE PANTALLAS

(TV, tablets, videoconsolas, ordenadores, smartphones...)

Establecer qué se puede ver/usar con cada edad

Programas de TV, series, películas, smartphones, tablets, ordenadores, videojuegos, redes sociales, apps... 

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La edad recomendada para tener un smartphone propio es de 14 a 16 años.

La edad establecida en los términos de uso para usar redes sociales varía en función de la red social, pero la más permisiva la establece en 13 años.

No se recomienda que los niños tengan tablets u ordenadores propios, se recomiendan que sean de la familia.

Establecer en qué lugares de la casa se pueden usar
las pantallas

No se recomienda el uso de pantallas en el dormitorios, ni dormir con smartphones, tablets u ordenadores en dormitorios. Volvemos a recordar que las normas básicas deberían ser cumplidas por todos los miembros de la familia para que sean efectivas, el ejemplo es fundamental.

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Puede ser un buena costumbre establecer una hora por las tardes, y a esa hora dejar todos los dispositivos digitales móviles de los miembros de la familia en un lugar concreto y no volver a cogerlos hasta la mañana siguiente. Si alguien llama por teléfono lo cogemos, pero no los utilizamos para andar en redes sociales, jugar, leer noticias, ver videos o para "molestar" a otras personas porque ya es hora de descansar.

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Podéis consultar nuestra iniciativa "Smartphones y redes a partir de los 14", para ayudar a que familias de primaria se pongan de acuerdo en la práctica de estas pautas básicas aquí.

Establecer durante cuánto tiempo y cuándo
se van a usar las pantallas con cada edad

Hay que destacar, que los preadolescentes y adolescentes que pasan menos tiempo en el mundo del ciberocio son losque mejor se sienten. Desde hace 20 años se están publicando, numerosos estudios, informes, metaanálisis y artículos de revisión, que confirman ampliamente esta comprobación 71-88. Los niños pueden vivir perfectamente sin pantallas. Eso no supondrá un peligro ni para su equilibrio emocional ni para su integración social. Todo lo contrario. Pero el miedo de las familias a que no sea así les lleva a darles sus propios dispositivos demasiado pronto, poniendo su desarrollo en riesgo.

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Por lo tanto, teniendo en cuenta todo lo anterior, de 0 a 6 años nada de pantallas. La inmensidad de los aprendizajes que el niño acumula en sus primeros años de vida, trae muchos cambios. Cada minuto cuenta. Evidentemente, no quiere decir que debemos sobre estimular al niño con actividades de aprendizaje, pero las pantallas no son parte de ese aprendizaje, sino que roban tiempo de aprendizaje.

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Varios estudios han demostrado que en los niños pequeños una exposición diaria media de entre 10 a 30 minutos puede bastar para provocar daños significativos en el ámbito de la salud y del intelecto 89-92. Para crecer adecuadamente los niños necesitan un ser humano, no una tablet. Las pantallas no solo le roban al desarrollo un tiempo precioso y sientan las bases del hiperconsumo posterior, además desestructuran en muchos aprendizajes esenciales.

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Los estudios estadísticos suelen utilizar la “hora por día”. A partir de los 6 años 1h delante de las pantallas y para prevenir mejor si solo son 30 minutos. Una vez pasada, la primera infancia, cualquier consumo lúdico de pantallas que supere la hora diaria conlleva perjuicios cuantitativamente detectables y en consecuencia, puede considerarse excesivo.​

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  • Antes de los seis años nada de pantallas.

  • Evitar usar pantallas mientras comen.

  • A partir de los seis años como máximo entre 30 y 60 minutos al día los fines de semana.

  • Las pantallas nunca en el dormitorio.

  • Nunca por las mañanas antes de ir al colegio.

  • Nunca por las noches antes de acostarse.

  • Una cosa (actividad) cada vez (cada actividad tiene su tiempo).

Pla

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¿Conoces el plan digital familiar de la Asociación Española de Pediatría? Consúltalo aquí

Infografías de la AEP para familias

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INICIATIVA #aparcalapantalla

 

 

Con esta iniciativa invitamos a las familias a reducir el tiempo de pantallas y a desarrollar alternativas de ocio.​ Es posible y estas son nuestras propuestas:

 

​Entre semana:

 

  • Establecer algunos días a la semana en los que después de cenar realicemos actividades sin pantallas. Por ejemplo, un día a la semana aprovechando que oscurece más tarde podemos dar un paseo familiar después de cenar (siempre que el vecindario lo permita). Otro día podemos entretenernos jugando a juegos de mesa, otro día puede ser la noche de lectura donde cada miembro de la familia elige qué quiere leer para descubrir o redescubrir el placer de leer cosas interesantes (se puede leer un libro entre todos donde cada miembro de la familia lee una parte), otra noche puede ser la noche de contar historias, otro día puede ser la noche de la tertulia… De esa forma, habrá días en los que se vean pantallas, pero habrá días en los que se hagan otras cosas. 

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  • Por las tardes podemos programar actividades.  Podemos programar actividades deportivas, o buscar libros o cómics interesantes visitando bibliotecas o haciendo una pequeña labor de investigación, podemos hacer rutas o búsqueda de parques con niños, descubrir y jugar a juegos de mesa, hacer manualidades, a partir de secundaria también podemos participar en diferentes ONGs o protectoras de animales como voluntarios (a lo mejor lo probamos en verano, nos gusta y continuamos durante el año), podemos jugar al ping-pong, limpiar montes-playa-parques, aprender a cocinar, aprender a coser, aburrirnos un poco (que también es muy sano), aprender a estar con nosotros mismo y ver cómo nos sentimos… se pueden hacer miles de cosas sin pantallas, solo tenemos que desarrollar esos hábitos. En función de las posibilidades intentar programar actividades en el exterior, mejor en parques o en la naturaleza. 

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Para que todo funcione mejor, es importante que los menores participen en la propuesta de ideas alternativas a las pantallas, si diseñamos el verano entre todos será más divertido.

 

 

Fines de semana o vacaciones:

 

  • Al hacer salidas familiares que solo se lleve el móvil uno de los adultos

  • Los domingos todos los miembros de la familia podemos salir a pasear sin teléfono ni dispositivos digitales (a no ser que tengamos situaciones familiares complejas…). 

  • Podemos utilizar los momentos con amigos y familiares como momentos de desconexión y no sacar teléfonos ni videoconsolas portátiles en comidas familiares o encuentros con amigos de cualquier edad. 

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En general:

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  • Hacer concursos para ver quién aguanta más tiempo sin utilizar las pantallas como forma de ocio, o para ver quién desarrolla mas alternativas de ocio

  • Usar y cargar los dispositivos en un lugar común de la casa, quitar las pantallas de los cuartos

  • Tener un horario establecido del uso de pantallas,  que estemos de vacaciones no significa que podamos  estar más tiempo utilizándolas

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Podéis utilizar el hashtagh #aparcalapantalla en redes sociales para animar a otras familias a unirse a esta iniciativa para reducir el tiempo de pantallas y para compartir con otras familias vuestras propuestas y vuestras experiencias. OS agradeceríamos que nos mencionárais (@macsonrisas2.0 en Instagram y @macsonrisas en Facebook) para que entre todos podamos aprender y avanzar en esta dirección.

 

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Fuentes
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